Electra

Electra es la obra con la que Benito Pérez Galdós consiguió convulsionar el presente de una sociedad española aletargada por la religiosidad y ajena a los cambios políticos y los descubrimientos científicos. Su representación supuso una verdadera revolución literaria y política.  

El gran éxito que obtuvo esta obra en su representación en el coliseo capitalino en abril de 1901 tuvo como consecuencia que el teatro cambiara definitivamente de nombre y tomara el de su autor, el ilustre novelista grancanario Benito Pérez Galdós. 

La obra, en cinco actos, se estrenó en Madrid el 30 de enero de 1901. Plantea la personal versión del escritor del mito llevado a tragedia por Esquilo, Sófocles y Eurípides. Su planteamiento supuso un duro alegato contra los poderes de la Iglesia y las órdenes religiosas a su servicio. 

Galdós explicaba en una entrevista sobre la obra: En Electra puede decirse que he condensado la obra de toda mi vida, mi amor a la verdad, mi lucha constante contra la superstición y el fanatismo, y la necesidad de que olvidando nuestro desgraciado país las rutinas, convencionalismos y mentiras, que nos deshonran y envilecen ante el mundo civilizado, pueda realizarse la transformación de una España nueva que, apoyada en la ciencia y la justicia, pueda resistir las violencias de la fuerza bruta y las sugestiones insidiosas y malvadas sobre las conciencias.

Galdós, con Electra, sacudió la sociedad española del 1901 y, junto con el  retrato realizado de aquella España, que en algunos aspectos, muchos, es  la de hoy, logró, entre otras cosas, que al nuevo gobierno de la época se le  conociera como Gabinete Electra. 

Cien años después, lo maravilloso de Galdós, es descubrir la fuerza de un creador que es al mismo tiempo un notario de su época. Y, como  ocurre con el análisis constante y casi diario que hace en sus Episodios nacionales, en Electra consigue dejar constancia de la conciencia del país, del predominio de las viejas clases dominantes, pero también de las nuevas clases emergentes llamadas a construir el futuro. Electra es al mismo tiempo, una historia de pasiones, de situaciones  opresivas, de incipientes conflictos políticos. En ella vemos retratada  a la mujer decimonónica abocada ya a la modernidad imparable del siglo XX. Es un fresco ideológico de la clase gobernante con su desidia y  su vulnerabilidad. En Electra encontramos la manifestación de la firme voluntad de instaurar el realismo en las artes escénicas —siguiendo la  corriente de los movimientos europeos—, así como la disección más veraz de la sociedad de la Restauración. Es una cosmogonía de diferentes  latidos que guían a los personajes en su camino hacia un futuro mejor,  un futuro de grandes personajes.