29MASDANZA, Festival Internacional de Danza Contemporánea de Canarias

“Si hay cielo, está aquí y ahora" - Luis Buñuel

Sonoma es una palabra que no existe en el diccionario de la lengua española. Sin embargo, contiene las partículas del griego soma (“cuerpo”) o del latín sonum (“sonido”): Cuerpo de sonido y sonido del cuerpo. Hoy vivimos la Historia a toda prisa, tan rápido, a un ritmo tan acelerado que apenas podemos seguirla. De hecho, ya nadie sabe bien qué está sucediendo.

Se podría decir que básicamente caemos hacia adelante, y durante esta caída acelerada -como en una montaña rusa- gritamos. Sonoma sería ese sonido del cuerpo mientras cae, la rabia del ser humano por seguir creyendo que estamos vivos, que seguimos despiertos.

Sonoma es entonces el grito del hombre sometido a este ritmo, límite de su existencia, del que sale el aullido primitivo del cuerpo, el pulso de la humanidad por sobrevivir y por sentirse viva. Por existir, aunque sea al límite de la realidad, o por encima de ella.

Sonoma es la certeza de que lo virtual y lo digital ya solo pueden ser superados por una vuelta al origen.

Marcos Morau retoma las ideas esenciales de la pieza que creó en 2016 para el Ballet de Lorraine: ‘Le Surréalisme au service de la Révolution’, a partir de la figura de Buñuel, alrededor de la Calanda medieval y el París cosmopolita, entre la disciplina jesuítica y la libertad surrealista. Ahora todo ese microcosmos se desarrolla y se amplía en Sonoma, para su proyecto con La Veronal.

Sonoma nace de la necesidad de volver al origen, al cuerpo, a la carne. Y desde la carne y la materia orgánica perderse en un viaje entre el sueño y la ficción donde lo humano se encuentra con lo extraordinario. Para hacer extrañas las cosas más cotidianas, renunciando a construir significados, dejando que lo signos germinen y proliferen solos; comunicándose con las capas más irracionales de cualquier humano, allí donde lo unido pide a gritos separarse, y lo separado busca siempre volver a unirse.

Porque Sonoma tiene también otra acepción, en lengua indígena significa: Valle de la Luna. Según el mito, la luna viene a acurrucarse en sus llanuras cada noche. Y allí los gritos, los alaridos y las detonaciones de los tambores conforman un pulso hipnótico, como el de una nana infantil que, lejos de sobre estimularnos, nos acompaña y nos calma.

Buñuel no ha sido nunca tan actual: pudo ver perfectamente lo que nos deparaba el futuro cuando encontró en el ruido de los tambores de Calanda y todo el Bajo Aragón, ese grito dirigido sin rodeos a las vísceras. Porque Buñuel ya estuvo aquí, escuchando cómo suena el abismo que se abre cuando es libre la imaginación humana pero no es libre el hombre.

"If there is a heaven, it is here and now" - Luis Buñuel

“Sonoma is a word that does not exist in the dictionary of the Spanish language. However, it contains the particles from Greek soma ("body") or Latin sonum ("sound"): Body of sound and sound of the body. Today we live history in such a hurry, so fast, at such an accelerated pace that we can hardly keep up with it. In fact, nobody really knows what is going on any more. You could say that we basically fall forward, and during this accelerated fall - like on a roller coaster - we scream. Sonoma would be that sound of the body as it falls, the rage of the human being for still believing that we are alive, that we are still awake.

Sonoma is then the scream of man subjected to this rhythm, the limit of his existence, from which comes the primitive howl of the body, the pulse of humanity to survive and to feel alive. To exist, even if it is at the limit of reality, or above it. Sonoma is the certainty that the virtual and the digital can only be overcome by a return to the origin.

Marcos Morau takes up the essential ideas of the piece he created in 2016 for the Ballet de Lorraine: 'Le Surréalisme au service de la Révolution', based on the figure of Buñuel, around medieval Calanda and cosmopolitan Paris, between Jesuit discipline and surrealist freedom. Now all this microcosm is developed and expanded in Sonoma, for his project with La Veronal.

Sonoma is born from the need to return to the origin, to the body, to the flesh. And from the flesh and organic matter, to lose oneself in a journey between dream and fiction where the human meets the extraordinary. To make the most everyday things strange, renouncing to construct meanings, leaving the signs to germinate and proliferate on their own; communicating with the most irrational layers of any human being, where what is united cries out to be separated, and what is separated always seeks to unite again.

Because Sonoma also has another meaning, in the indigenous language it means:

Valley of the Moon. According to the myth, the moon comes to curl up on its plains every night. And there the screams, howls and the detonations of the drums form a hypnotic pulse, like that of a child's lullaby that, far from over-stimulating us, accompanies us and calms us.

Buñuel has never been so current: he could see perfectly what the future held in store for us when he found in the noise of the drums of Calanda and the whole of Lower Aragon, that cry directed bluntly at the viscera. Because Buñuel was already here, listening to the sound of the abyss that opens up when the human imagination is free but man is not free”.